Después de conocer las medidas aprobadas por el BCE en su último consejo de gobierno hace una semana, el Euríbor cerró ayer en el -0,30%, subiendo varias centésimas con respecto a los registros inmediatamente anteriores. Con este comportamiento, el indicador al que están ligadas la mayor parte de las hipotecas variables en España ha experimentado un cambio de tendencia con respecto a la evolución desarrollada de este verano.
El cambio es interpretado por los expertos como una respuesta de la banca europea a las políticas anticipadas por el BCE. Entre las mismas destaca una penalización más flexible de lo esperado para los depósitos que dejan en Fráncfort. La tasa negativa se graduará por tramos.