Los aromas de las estancias de un hogar son un ingrediente esencial en la consecución del bienestar general. Una habitación que huele bien irradia buena energía y mejores sensaciones. Nadie quiere estar en un sitio con malos olores. Nos solemos preocupar porque esto no suceda, sobre todo, en los baños o en estancias principales de la casa, como la cocina o el salón. Pero los dormitorios infantiles también pueden ser focos de malos olores. Por eso, no está de más poner en práctica algunos trucos para que las habitaciones de los niños huelan bien sin importar en la estación del año en la que nos encontremos.
Los malos olores en los dormitorios infantiles se pueden combatir siguiendo algunos consejos de fácil aplicación. El primero de ellos, es una correcta y periódica ventilación del cuarto
El encierro es el principal aliado de los olores desagradables. Estamos en invierno y es normal dormir con todo cerrado. A ese hermetismo se suma, además, el aire cargado que aporta la calefacción. Pero para contrarrestar tantas horas de cerramiento, es crucial una correcta ventilación del dormitorio.
En días soleados, si lo hacemos durante las horas centrales, cuando los rayos pegan con más fuerza, el efecto será más reconfortante. Si no hay sol, con unos minutos en los cuales corra el aire por el cuarto y se renueve será suficiente para espantar posibles hedores, sin helarnos.
En todo caso, ventilar no es solo uno de los trucos para que las habitaciones de los niños siempre huelan bien. Además, es fundamental para minimizar el riesgo de alergias u otras afecciones vinculadas a ambientes cargados.
Por supuesto, una limpieza periódica de la habitación de los niños con productos adecuados contribuirá al objetivo final de mantener el aire en óptimas condiciones. Ojo con los trapos, fregonas o bayetas viejas en los que se pueden asentar bacterias malolientes y dejar presente ese olor en la habitación.
La ropa de cama es otro de los puntos a tener en cuenta para que la habitación de los niños huela bien siempre. Cambiarla con frecuencia y poner sábanas recién lavadas forma parte del plan para mantener los malos olores fuera de circulación.
En este sentido, hay que prestar atención también a textiles como fundas de cojines, mantas auxiliares o alfombras.
Además de la ventilación y la limpieza, existen varios trucos caseros para absorber los malos olores. Y la naturaleza puede ser una gran aliada a la hora de perfumar las estancias del hogar
Resueltos todos los puntos anteriores, toca perfumar el ambiente, pero de la manera más natural posible. No se trata de tapar los malos olores con perfumes artificiales, sino de contribuir a que se respire un aire limpio y agradable al olfato.
Existen varios trucos para que las habitaciones de los niños huelan siempre bien, tirando de la naturaleza que tenemos más a mano.
Cortar unas ramitas de lavanda antes de que se marchiten sus flores y dejarlas secar durante unas semanas es una de esas alternativas naturales. Esta planta que está por todas partes y que tan fresco aroma desprende será una excelente solución para perfumar armarios y cajones. Las bolitas o bastoncitos de cedro, las ramas de pino, hierbabuena, tomillo o romero cumplen la misma función.
Otros trucos caseros para neutralizar malos olores pueden ser: colocar pastillas de jabón entre la ropa, esparcir bicarbonato de sodio en el interior de los zapatos o en la superficie de las alfombras horas antes de aspirarlas, lavar las cortinas a menudo y colgarlas todavía húmedas para que desprendan aroma a suavizante, colocar un recipiente con vinagre donde no se vea…
Los aceites esenciales son otra gran alternativa para que la casa, en general, y los dormitorios, en particular, huelan fenomenal. ¿Qué tal empapar bolas de algodón en esencia de vainilla? ¿Por qué no tener a mano recipientes de spray con nuestros aceites esenciales favoritos o hervir unas gotas de ellos a fuego lento y poner la mezcla en un recipiente de cristal harán magia? Las alternativas son de lo más variopintas.
¿Conoces otros trucos para que las habitaciones de los niños huelan siempre bien?
