Una de cada cinco viviendas que se vendieron en España en 2015 procedieron de manos de inversores, según Servihabitat. En principal motivo de este interés son la alta rentabilidad del alquiler. Asimismo, las compras por inversión suponen el 21% de las ventas de vivienda de costa, y el 18% de las compras de viviendas de uso habitual.
Por su parte, las compras de los grandes inversores se concentran en las zonas más céntricas de Madrid y Barcelona. En estas áreas coinciden también las compras de ciudadanos extranjeros que quieren pasar temporadas por trabajo u ocio en la ciudad. Sin embargo, la presión de ambos tipos de compradores, de alto poder adquisitivo, está volviendo a expulsar a las familias de clase media hacia los barrios periféricos.