La estresante vida de la ciudad, de una numerosa familia o de una intensa actividad en el campo hace que muchos hagamos estragos al terminar el día o la semana. Por eso, siempre es necesario tener un rincón de paz en tu casa o una sala donde el confort sea lo primero y lo más importante. No estamos hablando de un salón o una sala de estar donde se pueda jugar a la cartas o a la consola.
En esta ocasión, nos referimos a un auténtico espacio ‘lounge’ donde se pueda recrear la misma sensación que en las exclusivas zonas ‘chill out’ de cualquier bar de moda. Como estará en una parte de tu propia vivienda, tendrás la ventaja de que no tendrás que solicitar a ningún encargado que te reserve tal sitio, tampoco tendrás que aguantar el ruido de fondo, ni tampoco tendrás un tiempo de uso determinado…
En esta sala ‘lounge’ podrás realmente disfrutar de un verdadero confort.
Acondicionar una sala ‘lounge’ en casa
Para ello, primero necesitas un sala que no esté dedicada a ninguna tarea imprescindible, por ejemplo, puedes aprovechar el cuarto de la plancha y realizar estas tareas en la cocina, o también puedes acondicionar una buhardilla que actúe de habitación de invitados que casi nunca esté ocupada. El objetivo es que dispongas de una estancia tranquila y la comiences a decorar como una zona de relax.
En primer lugar, no puede faltar un sofá, donde preferiblemente te puedas tumbar. Son muy apropiados los chaise-longue, colocados estratégicamente cerca de un ventanal para que mientras se descansa se pueda disfrutar de las vistas. Además, también hay que poner algún accesorio necesario, como uno o dos cojines a juego y una manta fina para poder disfrutar de las siestas tranquilamente y arropado.
Esta es la forma más tradicional, no obstante, nadie te dice que no puedas descansar plácidamente en unos futones en el suelo acondicionados para la ocasión, que también estén acompañados por grandes cojines o almohadones.
En cuanto a la iluminación, es recomendable que sea tenue y se sitúe en una orientación que no sea demasiado soleada. Para ello, puedes poner luces con intensidad regulable en una habitación e incluso, encender velas en ocasiones especiales o cuando necesites realmente relajarte, que puedan ir además acompañadas por aromas agradables o con incienso. Para las noches de invierno, nada te confortará más que chimenea caliente y crepitante que armonice tus frías y lóbregas tardes. ¿Cómo lo decorarías tú?
