La naturaleza es una fuente incuestionable de bienestar, pero no todo el mundo tiene la oportunidad de vivir en un paraje natural de postal. Sin embargo, puedes trasladar los efectos terapéuticos de árboles, flores y plantas de todo tipo a tu hogar con una sencilla visita a un vivero. Este tipo de establecimientos atesoran una gran riqueza natural, una variedad capaz de llenar de vida cualquier estancia, patio, terraza o jardín. Adentrarse en estas instalaciones es sumergirse en una amalgama de aromas, colores y formas a las que cuesta resistirse. Te damos algunos consejos a la hora de ir de viveros en verano.
Los viveros son recintos en los que se cultivan y comercializan multitud de plantas, árboles y flores. Desde especies ornamentales hasta plantas aromáticas, pasando por frutales, cactus y más
El primer paso para aprovechar al máximo la visita a un vivero en verano es no dejarse llevar por la exuberancia de las vistas o lo embriagador de los perfumes. Lo ideal es acudir con las ideas claras aunque dejando cierto margen a la improvisación. De lo contrario, puedes terminar llevándote ejemplares que poco aporten a tus exteriores o, simplemente, que no sean los más indicados.
Ser consciente del espacio disponible te ayudará también a optimizar tu jornada de compras en el centro de jardinería. No es lo mismo buscar especies para un pequeño parterre que pensar en la arquitectura exterior de una casa con piscina y amplia parcela.
Hacer una lista con todo lo que necesitas -incluyendo posibles herramientas, tratamientos, maceteros o abonos- te ahorrará tiempo y esfuerzo en tu visita estival.
Es importante conocer las condiciones propias del espacio donde colocarás tus nuevas adquisiciones. Cómo será la incidencia de la luz, si existen o no zonas de sombra, en qué medida afectará el viento a tus plantaciones o las características del terreno son solo algunos aspectos a tener en cuenta antes de elegir el tipo de plantas más apropiadas para tu jardín.
Pero si hay algo que te será de gran ayuda para resolver con éxito tu visita a un vivero este verano esas son las etiquetas. Cada árbol, sección de plantas o arbustos suele contar con notas informativas en las que no solo encontrarás el precio.
Las etiquetas suelen contener información importante sobre las características básicas de la planta en cuestión. Nombre, familia a la que pertenece, necesidades hídricas y de iluminación y hasta el tamaño que puede alcanzar son algunas de ellas.
Planificar la visita a los viveros en verano a primera hora de la mañana contribuirá a que puedas recorrerlo con calma, sin prisas y disfrutando tanto con la compra como con las instalaciones
Sacar el máximo partido a tu excursión estival al vivero implica, entre otras cosas, elegir con acierto. Para conseguirlo debes mantener los ojos abiertos y huir de las plantas que muestren signos de debilidad o enfermedad.
Aunque no seas un experto hay ciertos síntomas que te ayudarán a reconocer el posible mal estado de ciertos ejemplares. Manchas en las hojas, bordes de las mismas resecos o de color amarillento, tallos marchitos, raíces muy oscuras o moho en la superficie son algunas señales que deben hacerte desistir de la compra.
Otra recomendación general que no puedes dejar de poner en práctica tiene que ver con el traslado. Tu visita al vivero servirá de poco si, una vez hayas realizado tus compras, las plantas no llegan en condiciones a su destino.
Por eso es importante que las protejas. Llévalas en cajas de cartón para evitar, en la medida de lo posible, movimientos bruscos que puedan dañarlas y procura trasladarlas directamente desde el vivero a su destino.
Una de las ventajas de comprar en viveros y centros de jardinería es la atención. Por lo general, cuentan con personal con amplios conocimientos sobre el sector y ante cualquier duda, serán tus mejores aliados. Aunque puede que encuentres a parte de la plantilla de vacaciones con motivo de la época estival, no dudes en consultar todo aquello que necesites para sacar el máximo partido a tu visita.
El asesoramiento de los expertos siempre es interesante para elegir las especies más convenientes y proporcionarles una vida larga.
Y tú, ¿cuándo prefieres visitar tu vivero de referencia?
