Chalet en alquiler en Carrer Ripollès, cerca de Carrer Alt Empordà

Ubicada en una zona pintoresca de La Mora, rodeada por pinos y a tan solo 500 metros de la playa, encontramos nuestra casa. Está construida sobre una parcela de 660 m² con una bonita zona ajardinada con piscina y un porche ideal para gozar gran parte del año. La vivienda se distribuye en una planta y buhardilla.
En la planta baja se sitúa un agradable y luminoso salón-comedor con chimenea y salida a una amplia terraza y a la zona de jardín, una cocina-office, dos cuartos de baño y dos dormitorios dobles. Subiendo las escaleras accedemos al dormitorio principal con su baño en suite y con una bonita terraza.
En esta casa podéis disfrutar de privacidad y tranquilidad. (No se aceptan mascotas. )

Si estás buscando un lugar tranquilo, no lo pienses más y decídete por la Mora, dispone de un parque natural que ha sido declarado zona de interés natural.
Sin lugar a dudas, se trata de una de las pocas zonas de la Costa Dorada que se mantiene ajena a las transformaciones derivadas de las actividades turísticas e industriales.
Disfrutarás de playas tranquilas y de aguas cristalinas poco concurridas, pues para llegar a ellas hay que dar un paseo entre los pinos.
Otro de los grandes atractivos de la zona son las diversas fortificaciones y el Castillo de Tamarit, uno de los castillos más bellos que aún se conservan en el país, y que le confiere un toque señorial al resto del parque.
Para recorrer a pie este maravilloso paraíso, hay que empezar en Platja Llarga y atravesar unos acantilados, en los que es posible apreciar los vestigios de lo que al parecer fue una cantera romana, para luego adentrarse cuesta arriba por el bosque a través de un sendero que nos llevará hasta la playa de Cala Fonda, que surge desde las alturas y donde la tranquilidad está asegurada. A esta cala le sigue la de Roca Plana, también un tanto recóndita y poco frecuentada. Desde aquí, retomando el sendero entre pinos, se puede ascender hasta la torre de la Mora, una torre vigía de planta circular que data del siglo XVI.
Para salir del paraje, habrá que rodear un camping vallado y cruzar la carretera nacional para visitar las magníficas canteras romanas del Mèdol, las cuales están repletas de honduras, tajos calizos y una frondosa vegetación.