La potencia e importancia de esta ciudad íbero-edetana conocida primero como Arse y después como Saguntum, ya aparecía reflejada en la literatura clásica cuando se destacaba su protagonismo en la Segunda Guerra Púnica. Su gran peso en la historia, cuya máxima representación es su teatro Romano (edificado sobre el año 50 d.C.), han redoblado la importancia de una localidad que tiene dos núcleos. Por un lado el casco histórico, situado en la falda del castillo, y por otro el área del puerto, una zona bañada por el mar y desarrollada como consecuencia de la industria siderúrgica que surgió a principios del siglo XX.