Conocido tradicionalmente por su actividad agraria, especialmente dedicada al cultivo de cítricos –su climatología favorable y la idoneidad del suelo contribuyeron notablemente a este desarrollo-, Vila-real reorientó su base económica hacia la industria azulejera en la década de 1960 y es, actualmente, el centro productor más importante en España y uno de los más destacados en Europa. Una circunstancia que le ha convertido en el segundo municipio más poblado de la provincia, le ha permitido mejorar sus infraestructuras y crear todo tipo de nuevos servicios y, sobre todo, contribuye a que mantenga unas buenas perspectivas de futuro.