Situado entre la cala de Finestrat y la emblemática mole del Puigcampana, el Finestrat es uno de los enclaves con mayor encanto de la Costa Blanca. Su casco histórico, situado en el interior y edificado sobre los cimientos de un antiguo castillo árabe, se caracteriza por sus calles angostas de origen morisco, sus casas colgadas sobre el cerro en el que se asienta el pueblo, y la pequeña plaza de la Torreta, en la que se levanta la iglesia parroquial de San Bartolomé. En los últimos años, gran parte de su actividad económica se ha centrado en el turismo, en la construcción y en el desarrollo inmobiliario de diversas urbanizaciones en la zona comprendida entre la playa y el núcleo tradicional.